Chambonadas rebeldes
Aunque el personaje de las chambonadas físicamente ya salió
de la Municipalidad de San José, sigue “colado” virtualmente en la toma de
decisiones de la nueva alcaldesa. Proyectos que solo tendrían sentido en un
cesto de desechos, de los que no se deberían reciclar, siguen amenazando la paz
metropolitana, en actitud de rebeldía imposible de justificar.
UN PRIMER PROYECTO, es el frustrado intento de vender parte
del CEMENTERIO CALVO, ¡con todo y su millar de muertos ahí enterrados!, para
construir un millonario proyecto urbanístico. La nueva “iniciativa” fue
presentada hace unos días por la alcaldesa García, cual si no pudiere ser vista
como consecuencia de instrucciones superiores, atención de compromiso
especifico o deuda que no se puede soslayar.
La alcaldesa de San José, debería más bien de preocuparse
por cumplir lo ordenado por la Sala Constitucional hace casi tres años (el 11,
del 11 del 2011) de restituir a su estado original el Cementerio Calvo,
destruido intencionalmente para convertirlo en un charral supuestamente apto
para construir. La resolución Nº 2011-15654 que declarara con lugar el recurso
de amparo presentado por doña Vilma Sánchez contra el alcalde Araya y el
presidente municipal, sigue sin cumplirse.
No se anuló el cambio de uso del suelo que se autorizara el 12 de julio
del 2011 por el Ministerio de Salud y que fuere solicitado por la
Municipalidad. Tampoco se anuló la escritura del protocolo de la Notaría
Pública del 10 de octubre del mismo año, ni el movimiento registral que
corresponde a la segregación de parte del cementerio que se quería (¡y ahora
también!) urbanizar, que fuere incluido en el plano catastrado que también
fuere anulado por los señores magistrados constitucionales.
Por su parte, la Defensoría de los Habitantes también ha
visto incumplidas las resoluciones emitidas en el mismo sentido, cuyos
comunicados han sido archivados en el expediente que sugerimos a los regidores
solicitar para su conocimiento, antes de considerar revivir el descabellado
proyecto de profanar el cementerio de los pobres, de los más necesitados, de
los que “no tienen ni donde caer muertos”.
Camposanto convertido en un charral lleno de malezas, como parte de la
intolerable intención de mostrarlo como un lote baldío que ha de ser
aprovechado, cuando además de ser parte integral del Plan Director Urbano de
San José, es, más importante aún, un bien demanial, inalienable, que no puede
ser objeto de posesión ni mucho menos vendido, porque no puede ser arrendado,
enajenado, gravado ni salir del dominio y control del Estado. Tal y como se
quiso hacer con el pretexto de los “Juegos centroamericanos” que costaran, por
cierto, más de ø22.000 millones, o sea, una suma cercana a la aprobada como
aporte del Estado para la campaña electoral.
UN SEGUNDO PROYECTO que ya debería de revisarse para
recuperar el tiempo perdido, ha sido el de querer transformar el histórico y
emblemático PASEO DE LOS ESTUDIANTES en un frustrado “barrio chino sin chinos”.
La calle 9, ruta nacional usurpada por el ente municipal gracias al desdén del
MOPT, bautizada Paseo de los Estudiantes en la administración de don León
Cortés a propósito de la conmemoración del cincuentenario del Liceo de Costa
Rica, como homenaje a la valiente lucha de los estudiantes del Colegio
Seminario, Colegio Superior de Señoritas y el mismo Liceo, en contra de la
sangrienta dictadura de los hermanos Tinoco. Aparte de un horrible “arco chino”
que se quedó esperando su par a la altura de la avenida Sarmiento, producto del
apresurado trabajo de dos empresas privadas, se eliminaron aceras, caños y
alcantarillas, por lo que con cualquier aguacero el tal “barrio chino” más bien
parece ser UN AFLUENTE del río Amarillo. Para incumplir su juramento ante la
Setena, el exalcalde Araya dio un “golpe de autoridad” no permitiendo la
construcción de un carril exclusivo para buses a todo lo largo del bulevar,
como valoraban hacerlo funcionarios del MOPT. Como consecuencia, alejó del
Paseo de los Estudiantes los miles de pasajeros que daban vida a las
actividades vecinales, comerciales y empresariales, con la inmerecida
consecuencia que hoy sufren los dueños de locales, a los que una vez se les
engañó con el cuento del polo turístico que pronto se iba a desarrollar en ese
sector capitalino.
Cabe pues corregir lo que poco a poco se reafirma como otra
chambonada, para enfrentar además, el caos vial profundizado con el cierre de tan
importante ruta nacional, que hasta hace pocas semanas “lucía” supuestos
reductores de velocidad en forma de “esferas indígenas semi enterradas”. Lo
cierto es que la urgencia de atender las inundaciones recurrentes demanda la
reconstrucción de las aceras, caños y alcantarillas destruidos con el mal
trabajo hecho. También el urgente reordenamiento vial de la ciudad capital
necesita del espacio vital del Paseo de los Estudiantes, mientras que el
patrimonio cultural e histórico demanda una corrección ahora que todavía
estamos a tiempo y se está experimentado el fracaso de ese mal diseñado y nada
consultado proyecto del exalcalde.
UN TERCER PROYECTO que forma parte de las chambonadas con
características de rebeldía, es el del anunciado, promocionado y soñado TRANVÍA
de 6 kilómetros que iría desde el Estadio Nacional a la estación de la Northern
en barrio La California. Tranvía que según los expertos del Banco
Interamericano de Desarrollo que evaluaron el proyecto elaborado por
interesados funcionarios franceses, tendría que ser construido por el Estado, a
un costo superior a los US$150 millones.
Para su funcionamiento habría que habilitar una doble vía férrea, por
una ruta que sería exclusiva trayendo como consecuencia inevitable, la
expulsión de todos los vehículos, públicos y particulares de las calles y
avenidas por el que circularía. La avenida al costado norte de la Sabana, el
paseo Colón, la avenida Segunda, las calles 7 y 9 que comunicarían hacia el
norte con la avenida de Los Damas, hasta llegar a la estación de la Northern,
serían usadas únicamente por ese “especial” tranvía.
Proyecto que no presenta un estudio sobre el impacto vial
que provocarían los miles de automotores, públicos y particulares, que hoy
circulan por ese trayecto, ni por lo que sucedería en las decenas de
intersecciones que tendrían que sortear los vehículos enfrentados a un tranvía
que no podría ser regulado por semáforos, a lo largo de su recorrido. Y que
además, no mide ni propone medidas para mitigar el caos que fácilmente se
vislumbra, ni las rutas que seguirían, por ejemplo, los más de 600 autobuses
que hoy ingresan a San José.
Ante la censurable ausencia de estudios formales que se
estima costarían varios millones de dólares, que se sumarían a los ø75.000
millones de colones que costaría su construcción, no nos queda más que reclamar
que se haga un examen cuidadoso y detallado de tal proyecto, ajeno a matices
electorales y ofertas demagógicas, por tratarse de fondos públicos. Y cual si
no fuere suficiente, el modelo proyectado por los expertos del BID permite
vislumbrar el negocio que conlleva el trasladar su operación supuestamente
lucrativa, ¡después de construido!, a una empresa privada, superando así, y por
mucho, el negocio con la OAS y la carretera San José - San Ramón.
Porque conocemos que al interior del Concejo Municipal de
San José, en el gabinete de la Presidencia de la República y en especialistas
en urbanismo los tres proyectos citados son reconocidos en privado como
chambonadas de alto costo financiero y político, estimamos incomprensible que
tanto en el gobierno local como en el central, existan funcionarios como el
vicepresidente Lieberman y la alcaldesa García comprometidos todavía a llevar
adelante cosas semejantes.
UN CUARTO PROYECTO fue el del botadero de basura EN la
comunidad de LA CARPIO, maloliente, insalubre, ilegal hecho a la fuerza al
considerar que gran parte de la comunidad directamente afectada era de origen
nicaragüense, y por tanto, con posibilidades de irrespetarlos en vista de sus
frágil estatus migratorio. Basurero que, afirmaba él, sería exclusivamente para
servicio de la Municipalidad de San José, para así engañar a los incautos que
creyeron en su palabra. Lo que jamás imaginó era que los malos olores y gases
tóxicos que se desprenden de ese vertedero, afectan a comunidades como el
residencial Cariari y otros ubicados en Guachipelín de Escazú, donde en ciertos
momentos los olores son casi insoportables.
Sin olvidar que en La Nación se publicaron reportajes a
partir de una plantilla administrativa donde se consignaban pagos en efectivo
para el alcalde Araya y algunos regidores, de parte de la empresa Ebi que
fueron ampliamente divulgados por la prensa nacional, correspondientes también
a la denuncia de un alto funcionario subalterno del entonces ministro de Salud
Rogelio Pardo, de quien se demostró trabajaba para el Estado y la empresa de la
basura simultáneamente.
Y UN QUINTO PROYECTO que en realidad NO es “proyecto”,
aunque sí fue ejecutado eficientemente: el DESPOBLAMIENTO de la ciudad de San
José. En pocos años, ante la indolencia
de la acción municipal y la incapacidad demostrada del alcalde que se hace
llamar “ingeniero agrónomo” (cuando lo que tiene es un bachillerato en técnica
de plantas) fue el ir acabando, poco a poco pero sostenidamente, con los
barrios josefinos ubicados al sur de la avenida segunda. Lotes baldíos,
parqueos informales, casas en ruinas, cuarterías, suciedad, inseguridad, son “características”
del San José que según el ahora candidato, está repoblando”…
Freddy Pacheco
No hay comentarios.:
Publicar un comentario